lunes, 1 de octubre de 2012

La centella asiática

 
Es la más utilizada de todas las plantas con propiedades terapéuticas en la India y China, y el principal compuesto de la dieta de los longevos elefantes asiáticos. De ella dicen, además, que desarrolla el chakra localizado en la parte superior de la cabeza -el más poderoso de los siete centros de energía de que se compone la filosofía hindú- y que ayuda a inducir la meditación en zonas como el Tíbet o el Himalaya. Todas estas propiedades se le atribuyen a una pequeña planta de tipo herbácea: la centella asiática.
Conocida también con el nombre de Gotu kola, sus hojas se ingieren desde la Antigüedad como medio para promover la longevidad, ya que entre sus beneficios destacan el fortalecimiento del sistema inmunológico, sus propiedades sedantes y su poder rejuvenecedor. De hecho, en China se conoce por ser la planta entre la que retozan los tigres como forma de curar sus heridas y de reactivar su sistema contra las infecciones.
Todas estas propiedades se deben a su composición basada en saponinas triterpénicas, unos compuestos químicos de tipo terpenoide que participan, entre otras funciones, en la síntesis de las vitaminas A, E y K y en la formación del colágeno. Esto provoca que sea beneficiosa, junto a sus múltiples aplicaciones, para devolver tersura y elasticidad al tejido dérmico y cicatrizar heridas, algo extensible a la prevención de la aparición de arrugas o estrías.
No obstante, es como compuestos de los productos cosméticos anticelulíticos donde más presencia ha logrado en los mercados occidentales y a partir de donde ha ido ganando adeptos cada día.
La razón de ese éxito y de que se esté extendiendo como remedio natural reside en sus múltiples propiedades, pues se usa en casos de epilepsia, demencia senil y alzhéimer, al igual que para tratar infecciones de todo tipo -protege el organismo frente a las toxinas- y regular la presión arterial.
Pero sobre todo, es un excelente vigorizador masculino, que mantiene los órganos sexuales sanos y potencia la libido y el deseo sexual, un uso que se alterna con la prevención de inflamaciones de tipo prostático.
Sin embargo, todas estas propiedades no se logran si no se hace un buen uso de la planta, ya que, y pese a que no existen estudios científicos que hayan podido probar totalmente la toxicidad de la planta, sí existen trabajos en los que se ha comprobado que una aplicación incorrecta o un uso excesivo deriva en afecciones graves. Es por eso que los expertos recomiendan usarla como infusión, ingerida o como componente de cremas siempre bajo prescripción médica o la supervisión de un especialista.
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